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La Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) y la Asociación Española de Empresas Gestoras de los Servicios de Agua a Poblaciones (AGA), han presentado la XII Edición de la ENCUESTA DE SUMINISTRO DE AGUA POTABLE Y SANEAMIENTO EN ESPAÑA, sondeo bienal que se realiza desde 1987, y que supone una radiografía de la situación de estos servicios básicos.
La población representada en la muestra es de 28,2 millones de personas, -60% Censo de Población del INE a 1/1/2010-, incluyendo 969 municipios. Las respuestas representan al 89% de la población censada en capitales de provincia y municipios de más de 100.000 habitantes y 100% en Navarra, Murcia, Madrid, Cantabria, Baleares, Asturias, Cataluña, País Vasco, Canarias y Extremadura. En la distribución territorial, para doce de las diecisiete comunidades más Ceuta y Melilla, la representación es de más del 50% del censo, y del 60% para Asturias, Madrid, Murcia, Navarra, País Vasco y La Rioja. El resto están entre 40% y 50% de representación.



Los servicios de agua en España, a la cabeza de la eficiencia europea
El 72% del agua urbana consumida en España es de uso doméstico, mientras que el consumo industrial y comercial alcanza el 21% del total y el 7% restante se asigna a otros usos.
Los sistemas de abastecimiento urbano suministran anualmente 4.066 millones de m3. La dotación de agua –el agua que sale de los depósitos de distribución para el consumo- es de 236 litros por habitante/día. Esta cifra ha ido paulatinamente descendiendo en las dos últimas décadas, suponiendo una disminución de la dotación de agua del 24% entre 1987 y 2010.
El consumo medio doméstico diario por habitante y día se sitúa, según la encuesta, en 126 litros de agua. Desde el año 2004 el consumo ha ido descendiendo hasta un 15% al cierre de 2010, es decir de 148 litros a los 126 litros. Esta cifra sitúa el consumo medio de los españoles en uno de los consumos más bajos de Europa y puede considerarse óptimo en el panorama actual.
La disminución, tanto de la dotación como del consumo doméstico, es el positivo resultado de una mayor eficiencia de los servicios, que han mejorado notablemente el rendimiento de las redes, la facturación por usos diversos, la realización de campañas para el uso eficiente de los recursos y a la generalización de las tarifas crecientes por bloques de consumo, sin olvidar una mayor conciencia de los ciudadanos sobre el uso sostenible del agua y la mejora de rendimiento de los aparatos domésticos.
Si comparamos la media de consumo de algunas de nuestras ciudades españolas con otras capitales europeas de nuestro entorno, podemos afirmar que estamos entre los más eficientes. Por ejemplo, Madrid está en 131 litros por habitante/día, Bilbao en 109 litros, Barcelona en 110 y Valencia en 113 litros, frente a los 197 de Oslo, los 178 de Estocolmo, los 159 de Lisboa o los 158 litros de Londres.
Calidad del agua en España
El 83% del agua captada para los abastecimientos corresponde a aguas superficiales, el 14% son aguas subterráneas y el 3% procede de aguas desaladas.
La calidad natural del agua pre-potable superficial, la más utilizada, evoluciona favorablemente, aumentando un 7% sus índices generales de calidad, como consecuencia de los esfuerzos en controlar la contaminación en origen y la generalización de la depuración de las aguas residuales.
Respecto a las condiciones sanitarias de las aguas de consumo, el exhaustivo control que realizan los operadores y las autoridades sanitarias muestra que los consumidores pueden confiar plenamente en su calidad.
La factura nacional del agua urbana en España
El importe total facturado por el agua urbana en España, extrapolando datos a la población total, asciende a 5.081 millones de euros.
De la factura total de agua que pagamos por los servicios en España, un 60% corresponde a abastecimiento de agua, un 15% a alcantarillado y un 25% a la depuración de las aguas residuales.
Incluyendo todos los usos, el precio medio de los servicios fue de 1,83 €/m3. Siendo el precio medio el de 1,57 €/ m3 para el uso doméstico. Estos precios no llegan a cubrir el coste total de los servicios, como preconiza la Directiva Marco Europea del Agua.
Los complejos procesos tecnológicos de tratamiento, depuración o desalación, -componentes poco visibles para la ciudadanía-, que se han incorporado paulatinamente, conforme a las exigencias crecientes de las normativas legales, son costosos. Y para contar con servicios con garantía de disponibilidad y calidad y usar con eficiencia los recursos hídricos, es preciso que suban las tarifas hasta la recuperación total de los costes de operación, ambientales y del recurso.