No pudimos constatar su presencia pero si descubrimos que las aguas de la acequia del rey que lindan con las fincas de frutales, se encuentran mas o menos en un aceptable estado, como demostraba los sonidos de infinidad de aves acuáticas, los sonidos porque todo el carrizal o cañizal invade la acequia, y hace imposible la vista directa de las aves, aunque hay que decir que con un poco de paciencia y en determinados lugares es posible el avistamiento.
Determinados lugares como la unión entre las aguas de la acequia y las del Vinalopó, como he indicado arriba. En este lugar los tarais cobran fuerza reduciendo la cantidad de orzaga, el agua es cristalina y se puede descubrir a tímidos invertebrados entre el limo, que enseña infinidad de huellas de aves.Aparte del sonido de las aves observamos varios aficionados al motocross, que por estas zonas tan mala costumbre tienen de invadir cualquier espacio abierto, con la excusa del todo vale y todo es de todos destrozan sin piedad cualquier espacio virgen creando cárcavas, surcos, generando caminos donde no existían, Pero esta vez les informamos que por donde movían sus motos era el cauce del río Vinalopo que aunque no lleve agua en esta zona sigue siendo el cauce, y esta protegido.Al menos esta vez pudimos detenerlos.Por eso desde este momento: ¡NO A CIRCUITOS DE MOTOCROSS EN TODO EL RÍO VINALOPÓ!.
Continuamos nuestro camino de búsqueda aguas arriba, pero no tuvimos la oportunidad de descubrir al fartet.Viejas casas semiderruidas y un camino empedrado, de épocas pretéritas, nos acompañaron el resto del camino.En la próxima salida volveremos a intentar descubrir al fartet, o nuevos tesoros.
